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Reflexiones para finales del año – nacionalismo y Covid 19

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Dic 27, 2020 #biden, #covid-19, #davos, #trump

Si pensamos un instante lo complejo que se ha tornado el entorno mundial en estos últimos meses, nuestra mente resulta incapaz de comprender cómo en menos de un año, el panorama financiero, económico, sanitario, social, educativo ha experimentado cambios radicales. Familias, empresas y gobiernos han sido alcanzados por una coyuntura extremadamente compleja y destructiva.

Un poco de historia: Davos 2018

Todo pareciera ser que comenzó con Davos 2018, cuando el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump, pronunció un anhelado discurso, esperado por muchos, y que no dejo a nadie imperturbable respecto de las profundas declaraciones con un claro -enfoque nacionalista – pro Estados Unidos – pero que de soslayo dejaba ver la importancia de mantener buenas relaciones con sus pares europeos: «Estamos abiertos para los negocios, somos competitivos nuevamente» y el comentado llamado al trabajo en equipo  «Estados Unidos primero no significa Estados Unidos solo”.

Davos 2018 fue la antesala de los que ocurriría después con una desapacible, fría y destemplada guerra comercial entre China y Estados Unidos, la cual dejó una economía mundial llena de incertidumbres respecto del futuro y los resultados, haciendo que el mundo quedara expectante frente a lo que era una guerra de aranceles entre las dos potencias más importantes de nuestro mundo.

«América First»

Fue así como comenzó la odisea en la que sólo sobrevivirían los más fuertes, y en la que la economía más grande del mundo se vería beneficiada con diferentes medidas adoptadas por la administración Trump y en la que el fuerte discurso orientado a vender a los Estados Unidos como un ave fénix que renace de las cenizas, bajo el lema “America First”, lo dirigía a la elite mundial, a los políticos globalistas y los empresarios, muchos de los cuales hicieron estallar sus alertas relacionadas con los peligros del nacionalismo aislacionismo, tal como lo señaló el periódico online “The Independent” del Reino Unido.

SARS-CoV-1 – Covid 19

Pareciera ser que Davos 2018 fue un vaticinio de los vientos de cambio que se dejarían caer a finales del 2019, en medio de una economía degastada por la guerra comercial entre China y los Estados Unidos, pero ahora, puesta en jaque por un microscópico organismo originado quién sabe dónde, pero de consecuencias devastadoras para la humanidad: el SARS-CoV-1.

En un principio fue China quien alertó de los contagios en sus territorios, pero de a poco, el virus comenzó a tomar posición en Europa, para luego posicionarse en cada rincón del planeta, obligándonos a cambiar el modo de vida, condenándonos a un encierro necesario, generando un cambio de conducta entre las personas, impactando de manera soberbia en la economía mundial, pero nadie le dio la importancia real.

El SARS-CoV 1 no lo vimos venir y lo peor es que no fuimos capaces de comprender su real impacto, simplemente porque estábamos preocupados del desenlace de la guerra comercial entre China y Estados Unidos.

Neo-nacionalismo en la Era Trump

Donald Trump ha sido el único presidente que se ha atrevido a propiciar, derechamente, una política nacionalista, autónoma y aislacionista, y la ha ejecutado sin tapujos; sin embargo,  no es el único: son muchos los gobiernos que buscan establecer en sus modelos de administración un estilo nacionalista. En Davos 2018, Trump fue enfático: “Como presidente de estados unidos siempre pondré a Estados Unidos primero, pero EE. UU. primero, lo que no significa EE.UU. Solo”, y aún cuando alabó las bondades de un comercio libre y con aperturas, acotó señalando que “puede resultar nocivo cuando otros países obtienen ventajas a expensas de otros” – en clara referencia a China, “el comercio injusto nos perjudica a todos”.

Neo-nacionalismo y la economía en las vísperas del 2021

La Administración Trump pareciera ser historia, al menos por ahora y ante la victoria de su contrincante el demócrata Joe Biden; sin embargo, el mundo entero se presenta ad portas del 2021 con una economía alicaída, roída en extremo por los confinamientos forzados, el cierre de empresas, la suspensión de las actividades económicas normales producto del SARS-CoV-1, la incertidumbre de una nueva cepa SARS-CoV-2, y aun cuando pareciera ser que el mundo había dejado atrás el egoísmo neo-nacionalista impuesto, el mismo ha renacido en torno a una competencia feroz para imponer una nueva vacuna, la cual podría resultar poco efectiva para la nueva cepa. ¿Será que tendremos que adaptarnos ahora a un hipotético Covid-20?

Qué nos dice el FMI

De acuerdo con un informe del FMI, “La economía mundial está comenzando a dejar atrás los mínimos en los que cayó durante el Gran Confinamiento del mes de abril. Pero como la pande¬mia de COVID-19 continúa propagándose, muchos países han disminuido el ritmo de reapertura y algunos están volviendo a instituir confinamientos parciales para proteger a las poblaciones susceptibles.” (https://www.imf.org/); sin embargo, este reporte es de octubre recién pasado, y el nuevo escenario en el cual somos todos actores parece indicar otra cosa.

El FMI estima que las economías mejorarán a partir del próximo año, y la proyecciones de crecimiento para la economías más grandes. Incluso la de los mercados emergentes, las sitúa en número azules, pero este año ya lo hemos perdido.

Si hay algo que dejó claro la situación de pandemia que nos tocó vivir, es que el mundo ya no está para nacionalismos y, por el contrario, se requiere de una unión global que permita generar riqueza extensible a todas las naciones. En un supuesto mundo menos nacionalista los estados podrían colaboraran eficazmente unos con otros haciendo surgir una sinergia enriquecedora, capaz de eliminar los últimos sesgos dictatoriales que conviden en un mundo que debería ser pleno de libertades y confort.

En un mundo realmente globalizado, sin nacionalismos exacerbados habría sido posible tomar medidas radicales para derrotar el SARS-CoV-1 y que el temido Covid 19 hubiese pasado casi desapercibido, en ese mundo ideal, sólo habría espacio para preocuparse por mantener el el bienestar de las personas y el crecimiento económico de todas las naciones.

Sobre el autor

Marcelo C. Olivier, es ingeniero en administración de empresas, posee una maestría en administración de negocios (MBA) por UNICYT; actualmente es maestrante en Ciencias de la Educación; es auditor de sistemas de gestión integrados en normas ISO y normas marítimas.

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