La pandemia del Covid-19 trajo como consecuencia que muchas actividades cotidianas se detuvieran, es el caso de las clases presenciales las que, debido a la cuarentena que se impuso en la mayoría de los países del mundo, tuvieron que ser suspendidas y reemplazadas por la modalidad virtual.
Aulas virtuales manejadas como salas de clases presenciales
Lo que no se previó fue el hecho que ni gran mayoría de los docentes ni la gran mayoría de los alumnos poseen las habilidades necesarias para enseñar/aprender en línea. Muchos de los establecimientos exigieron a sus profesores que prepararan guías y las enviaran por email a sus alumnos y que los citaran para asistir a clases a distancia, sincrónicas, mediadas por herramientas como Zoom, Wiziq, Google Classroom, entre otras, sin considerar una serie de aspectos previos, como por ejemplo el hecho que un aula virtual no es una sala de clases física: el aula virtual en tiempo real posee muchos distractores que no existen en las clases presenciales y este es un hecho que debe ser tomado en cuenta.
Si bien resulta muy cierto que una clase virtual tiene el mismo valor que una clase presencial y muchas veces la clase virtual podría ser incluso superior a la presencial, no se consideró la parte más importante del proceso: el diseño. Una clase presencial no puede ser transformada en una clase virtual por simple hecho de usar una herramienta tecnológica, previamente a transitar hacia la virtualidad del campus se necesita diseñar y adaptar la planificación de modo que la tecnología sea una solución perfecta y no una catástrofe didáctica: Las clases presenciales no presentan elementos distractores que surgen por cientos en las clases virtuales.
Para que el proceso funcione se necesita que profesores y alumnos posean la competencia que les permita aprovecha al máximo la herramienta. Una competencia es un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes, es decir, saber, destreza y deseo de hacer, lo que en pedagogía se conceptualiza como: saber, saber hacer y querer hacer.
Cuando una organización educativa quiere transitar hacia la enseñanza virtual requiere que todos los actores sean capacitados de manera que adquieran los conocimientos relacionados con las nuevas herramientas tecnológicas que van a emplear, que además sepan como emplear estas tecnologías, pero sin lugar a duda que quieran hacerlo: si un actor no quiere emplear la tecnología como medio para el desarrollo de su proceso de enseñanza aprendizaje el resultado va a ser un total fracaso.
La resistencia al cambio
Cuando una organización busca transitar de una metodología conocida, en la cual las personas están acostumbradas a ciertas rutinas, se manejan con ciertos hábitos, hacia una metodología o método nuevo, se produce lo que se denomina “resistencia al cambio”. En cada persona el fenómeno de resistencia al cambio se da con distinta intensidad, el fenómeno surge principalmente por el temor a lo desconocido, por el temor al fracaso y a hacer el ridículo frente a las demás personas del grupo.
En un sistema educativo en cual prima la metodología de enseñanza presencial y se pretende cambiarlo a un método de enseñanza a distancia, el hecho de implantar un modelo e-Learning va a traer consecuencias de rechazo frente a esta nueva situación que impactará al grupo generando caos, incertidumbre y descontrol. Esto es simplemente lo que ha pasado en la mayoría de los países que optaron por cambiar el modelo del día a la noche.
En un modelo e-Learning la sociedad que aprende se ve impactada por diferentes frentes: familia, hogar, amigos y se siente acorralada frente a este nuevo método. La edición del periódico abc.com del 24 de mayo señalaba que los padres de los alumnos de Paraguay se sentían perdido con la metodología adoptada por las escuelas: “las familias están en un momento de estrés. Como padres de familia estamos muy desorientados porque no fuimos formados para la enseñanza de esos contenidos, no hubo un ensayo previo. El día a día se hace muy pesado. La mayoría de la responsabilidad cae sobre las madres, porque los padres salen a buscar el sustento, pero también hay madres que trabajan, así que el tiempo que tenemos para enseñarles a nuestros hijos se hace corto”, señaló al periódico Francisca Monges, en representación de los padres que asistieron a la reunión convocada por el Ministerio de Educación de Paraguay.
La solución
Para que un modelo de enseñanza mediado por las tecnologías funcione se requiere que todos los actores estén capacitados y sean capaces de responder a los distintos procesos que involucra la enseñanza virtual: diseño instruccional, tutoría de contenidos, facilitación del conocimiento, aprender a aprender, entre otros.