Para nadie resulta un misterio el impacto económico de la pandemia COVID-19 sobre prácticamente todos los países del mundo, y como es de esperarse, el impacto sobre el bloque regional el Mercado Común del Sur, MERCOSUR, ha sido de proporciones desastrosas. Un mal manejo de las medidas de mitigación por parte de las autoridades, una falta de trabajo en equipo por parte de los Gobiernos ha agravado aún más el problema, agregando desempleo, inflación, y descontento social.
De acuerdo con el último informe de la CEPAL publicado en el Boletín de Comercio Exterior del MERCOSUR y denominado “los desafíos de la integración en el mundo de la pospandemia”, disponible en el siguiente enlace los países del bloque regional has experimento una baja en la actividad global a causa del COVID-19 golpeando fuertemente a los países del MERCOSUR. En este informe CEPAL calcula que durante el 2020 las economías de los socios del bloque caerán en el orden del 6,8% en promedio, caída que se suma a la paralización del 2019 cuya cifra fue del -0,1%.
Otro elemento que se suma a la situación es la severa crisis económica por la que atraviesa el Gobierno del Presidente Alberto Fernández en Argentina contribuye aún más a la incertidumbre del futuro económico en la región.
La Cepal enfatiza que “el bajo dinamismo económico, por un lado, y la caída de los precios internacionales de las materias primas, por otro, afectaron fuertemente los flujos de comercio exterior del MERCOSUR en 2019. El valor de las exportaciones del bloque cayó 8,2% ese año, y el de sus importaciones 10,1% (-3,7% y -8,1%, si se excluye a Venezuela).”, pero la realidad pospandemia es un caso único, algo diferente y de mayores proporciones que las crisis que se venían registrando.
Crisis económica en los países del MERCOSUR por impacto del COVID-19
De acuerdo con lo que señala el estudio, la crisis económica en los países del MERCOSUR por impacto del COVID-19 aumentará durante el 2020 las tendencias a la baja en el comercio interior y el intercambio comercial con otros bloques como la Unión Europea.
Debido al aumento de la cesantía y a la incertidumbre de los mercados, los hogares han frenado el consumo y muchas empresas han cesado sus actividades generando más desempleo.
Cepal señala que “además del impacto en la economía real, la masiva salida de capitales desde los países en desarrollo hacia los desarrollados en busca de activos seguros generó en los meses de abril y mayo una importante inestabilidad en la balanza de pagos de los miembros del MERCOSUR que sigue latente y que ha dado lugar a depreciaciones significativas y pérdida de reservas internacionales. De reiterarse procesos de estas características, la escasez de divisas podría añadir otro elemento de inestabilidad económica que refuerce la retracción del comercio exterior de y entre estos países.”
Cómo revertir el efecto COVID-19
Países como Paraguay optaron por flexibilizar las medidas preventivas como fue la estricta cuarentena que permitió, durante los primeros meses de la pandemia, que el pais fuese considerado un ejemplo en contención y prevención registrando un bajo número de casos; sin embargo, debido a la presión recibida de las empresas y los trabajadores, el Gobierno del Presidente Mario Abdo se vió obligado a flexibilizar las medidas restrictivas y el país actualmente registra un aumento exponencial de contagios y de muertes por COVID-19. Una de estas medidas es la apertura de la frontera con Brasil, en el punto que une Ciudad del Este con Foz de Iguazú para regularizar el intercambio comercial entre Brasil y Paraguay.
Durante el pasado mes de septiembre, la CEPAL elaboró el informe “Sistemas alimentarios y COVID-19 en América Latina y el Caribe: medidas de financiamiento para superar la crisis”, en el cual expone como las medidas de distanciamiento social físico han producido un impacto económico y social de proporciones y la manera en que los países han comenzado a planificar el desmantelamiento de estas.
Junto con estas medidas la CEPAL recomienda que los Gobiernos “deben hacer todo cuanto sea posible para apoyar a las empresas para que se mantengan a flote”, y entre alguna de estas medidas se encuentra el incentivo al consumo, el acceso preferencial a instrumentos financieros, el establecimiento de líneas de crédito con tasas preferenciales, fomentar el comercio electrónico, entre otras.
Recuperación a largo plazo
La CEPAL estima que “la fase de recuperación económica sólo podrá implementarse de manera cabal cuando la pandemia haya sido controlada” – por vacuna o por tratamiento, y el periodo de recuperación demorará años en lograrse.